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8 señales de alerta de fraude que todo gerente debe conocer

El fraude corporativo es un delito basado en la manipulación de los estados financieros para esconder, tergiversar o falsificar la situación económica de la organización con el único objetivo de engañar a un grupo de personas o usuarios de los estados financieros.

A continuación sugerimos una lista de 8 señales de alerta de potencial fraude que usted como gerente debe conocer para evitar que este tipo de hechos se presenten al interior de su organización.

  1. Fallas en la seguridad física de efectivo, inversiones, inventario y activos fijos: recuerde mantener una apropiada custodia del dinero que se maneja en efectivo al interior de su compañía y establezca políticas para que las transacciones que hoy realiza en efectivo, se logren llevar a cabo a través de medios bancarios y digitales. Guardar un debido control de inventarios al crear mecanismos de rastreo de entradas, consumos, salidas y bajas, también le permitirá disminuir la probabilidad de fraude al interior de su organización. Promueva el control y seguimiento de los activos fijos de su empresa al identificarlos y asignarles códigos de seguimiento que permitan conocer fácilmente la ubicación, estado y condición de cada uno de estos.
  2. Incapacidad para generar flujo de efectivo, frente a las utilidades reportadas: el resultado final de la operación de su compañía puede ser positivo, dado que las ventas tienen un comportamiento normal, al igual que los costos y gastos de la misma. Más sin embargo, si aún en este escenario su compañía se ve en dificultades para hacer uso del efectivo recaudado, existe una alta probabilidad de que durante el ciclo de efectivo se estén presentando hurtos o fallas de control que generan esta problemática.
  3. La administración no apoya los valores ni la ética en la toma de decisiones: la cultura organizacional de una empresa, reflejada en sus valores, principios y creencias, es una variable determinante para identificar qué tipo de conductas son toleradas al interior de la misma. Si usted como gerente identifica que existe una cultura de no control y desorden, estará expuesto ante un gran abanico de posibilidades de que se presenten hurtos al interior de su organización.
  4. Las recomendaciones de auditoría no son implementadas: asegúrese de conocer las recomendaciones realizadas por los auditores de su compañía, en especial aquellas enfocadas al mejoramiento del control interno. Implementar dichos controles y hacer seguimiento de los mismos, disminuirá de manera considerable el riesgo de fraude al interior de su organización.
  5. Ausencia de supervisión de la administración a las oficinas y/o centros de operación ubicados en distintas zonas geográficas: conocido como «gerencia a control remoto» este estilo de gerencia deja vacíos de control que son aprovechados en todos los niveles. En algunos casos es común que los trabajadores sepan con exactitud las fechas, horas y días en que se realizan las visitas que el gerente planea al año, contando de esta manera con un contexto apropiado para llevar a cabo acciones de fraude corporativo.
  6. Estilo de vida de los colaboradores que no corresponden con sus ingresos: si bien las políticas de desarrollo organizacional de una empresa deben estar enfocadas hacia el crecimiento financiero, intelectual y profesional de sus empleados, existen ciertas conductas que como gerente debe identificar y tratar con escepticismo. Los cambios repentinos en el estilo de vida de los colaboradores, deben ser coherentes con los cambios en las políticas de compensación de su compañía.
  7. Retrasos sin justificación en la entrega de reportes:  la entrega de reportes financieros debe cumplirse en los plazos establecidos por la gerencia y se deben indicar las causales de retraso cuando no se logre cumplir con dichas fechas.
  8. Aversión de la administración para atender los entes de control: como gerente deberá estar a cargo del liderazgo para la atención de visitas y requerimientos de terceros, más sin embargo es normal que este tipo de actividades se deleguen y queden en manos de otros miembros de la organización. El seguimiento y control de estos requerimientos por su parte son clave para entender la organización, claridad y nivel de respuesta que tienen sus colaboradores frente a la información que en escenarios normales debería presentarse sin ningún tipo de inconveniente o retraso.

 

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